En Cuba la Artesanía Popular Tradicional está estrechamente vinculada a las raíces españolas y africanas y forma parte de la cultura cubana, que abarca toda la habilidad y producción manual. Llega a tener valores de tipo utilitario, ornamental, e incluso ritual. Como la Habana es una ciudad en movimiento por ser la capital de la nación, tiene para los foráneos una oferta que va desde diversas opciones de sol, playa, cultura e historia, hasta la posibilidad de adquirir artesanías en recuerdo de la estancia en la isla.
Hay sitios imprescindibles si de localizar una feria artesanal se trata, tal es el caso de los Almacenes San José frente del antiguo seminario de San Carlos, donde centenares de vendedores muchos de ellos creadores, brindan día a día las más disímiles joyas de la artesanía caribeña.
Existen diversos espacios para la comercialización de este tipo de productos avalado por su calidad para los miembros de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (ACAA) o los del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC); los cuales exhiben sus obras en las principales galerías de las ciudades del territorio nacional. También se puede ver tiendas o puntos de ventas privados, que atesoran verdaderas obras maestras las cuales defienden una tradición que se transmite de una generación a otra.
Pero si una realidad es evidente ante los ojos de los visitantes es la variedad de estilos de los artistas que hacen objetos decorativos, los cuales ponen a la mano de los caminantes: máscaras, antifaces, mariposas, peces, cofres y animales en diversas dimensiones, todos decorados con una explosividad de colores que atrae por sí sola, la mirada de los clientes. La variedad de formas logradas con un elemento principal el papier maché, y expuestas en las tarimas de los vendedores, es del agrado de adultos y niños, estos últimos con la mirada centrada en muñecos y figuras de diferentes tamaños.
Las tradiciones de la religión africana, acumuladas durante siglos y transmitidas de generación en generación, están a la mano de los turistas en imágenes, figuras elaboradas con diversos materiales y collares de cuentas donde los colores encierran su simbología propia, todo ello acompañado de la explicación precisa por parte de los comerciantes.
La feria tiene su espacio reservado también, para los trabajos en metal; teniendo como protagonistas la plata y el cobre, aunque crece la popularidad entre los jóvenes de los ornamentos elaborados con un material conocido como piedra volcánica con los que se realizan collares, pulsos y aretes.
Los instrumentos musicales resultan llamativos entre los viajeros que adoran la sonoridad de la isla. Otros atractivos son las figuras y ornamentos trabajados en madera preciosa y bisutería a base de semillas, entre otros artículos. Con todos esos objetos se mezclan obras de la plástica realizadas en lienzo y cartulina, donde se reflejan sitios de la naturaleza cubana y rincones de la centenaria capital de la isla, en algunos casos recreando además el ambiente colonial que existe en muchas localidades del país.
Llevarse a su lugar de residencia uno de estos artículos, o varios, es para los turistas como llevarse junto a ellos la hospitalidad con los que fueron acogidos.