No hay duda de que es una agrupación de elevada técnica, pertrechada de un repertorio afilado, con muestras evidentes de una asentada experiencia y de muy bien logradas coreografías, en su mayoría rastreadoras de nuestras más hondas tradiciones folclóricas. No puede ocurrir lo contrario por cuanto el Conjunto Folclórico Nacional ha estado y está nutriendo sus filas, constantemente, de valores jóvenes, sin olvidar el aporte caudaloso de los antecesores, que han puesto vida y tesón para alcanzar, por los diversos caminos de la danza, los mejores resultados y las más acendradas contribuciones…
Con una fuerza interpretativa descollante, el Conjunto Folclórico Nacional, agrupación fundada en 1962 por el folclorista Rogelio Martínez Furé y el coreógrafo mexicano Rodolfo Reyes Cortés, entreteje las tradiciones en un estilo personal del folclor cubano, desde los orígenes europeos y africanos con elementos caribeños, o provenientes de otras regiones, para regalarnos espectáculos de una enorme riqueza estética. Al tiempo que expresa en cantos, ritmos y danzas la contemporaneidad de las creaciones populares como el son, el mambo, el danzón y la rumba. Figuras imprescindibles en la historia del Conjunto Folclórico Nacional de Cuba han aportado experiencias, saberes y vivencias a la conformación de la cultura nacional, entre ellos destacan los Premios Nacionales de la Danza Rogelio Martínez Furé, Zenaida Armenteros, Silvina Fabars y Manolo Micler, actual director general y coreógrafo reconocido en 2017 con el alto galardón.
Títulos como Cautivos, Palenque, Alafin de Oyó, Rumbas y Comparsas, por solo citar algunos corresponden a coreografías ejecutadas por las disímiles generaciones que han transitado por la prestigiosa institución en estas casi 6 décadas de labor. Desde la música también han destacado prestigiosos instrumentistas y cantantes capaces de defender las expresiones sonoras de la cultura popular y tradicional cubana: Lázaro Ros, Jesús Pérez, Teresa Polledo, Alberto Villarreal y Ramiro Pedroso Herrera son solo algunos.
Más de 80 países de todos los continentes, han acogido las actuaciones de la agrupación, y los públicos más disímiles han ovacionado, en decenas de lenguas, el arte profundamente nacional de esta prestigiosa compañía danzaria que realiza sus temporadas en el Teatro Mella (sede principal), y el Teatro Nacional de Cuba, entre otros. Entre los principales premios obtenidos sobresalen el Tonel de Oro (Dijón, Francia 1975), Collar de Plata (Dijón, Francia 1975) y el Templo de Oro, (Agrigento, Italia 1988). Como actividades sistemáticas en la labor artística y comunitaria del CFNC sobresalen el Patio de la Rumba (sábados de 3:00pm a 6:00pm), el Laboratorio Internacional de Folclor “Folkcuba” (enero y junio) y las Temporadas en los diferentes teatro habaneros.
Misticismo, magia, movimiento, música, color, danza, luz, cuerpos, sensualidad, sonidos, voces, símbolos… No hacen teatro, pero todo es pura y creativa dramaturgia. No son poetas, pero sus espectáculos sumergen en paraísos oníricos. No son magos, pero crean espacios mágicos, alucinógenos con sus luces, con sus sombras. Y su director/coreógrafo, Manolo Micler, parece manejar una invisible batuta con la que sitúa a todos sus miembros en climas de gran magnetismo/belleza que atrapan al auditorio desde todos los sentidos.