De muchas materias se construyen los monumentos y este que esculpe Alicia en el ballet Giselle es eterno, llega del sentimiento mismo. Por eso, aún después de celebrarse el pasado año 2020 el Centenario de la insigne bailarina y fundadora, junto con Fernando y Alberto Alonso, del Ballet Nacional de Cuba y la Escuela Cubana de Ballet, sigue brotando del talento y del quehacer de muchos artistas en las más variadas manifestaciones/generaciones que le rinden homenaje en el Arte. Como esta que llega de la mano de un orfebre-escultor, quien en su obra nos acerca recuerdos, emociones, y, transparenta, arte mediante, esa luz que baila.
Alberto Valladares (La Habana, 1962), es un destacado artista/orfebre, laureado en diversas Ferias Internacionales de Artesanía FIART, de Cuba, y otros encuentros, quien ha llevado al metal, desde hace años –en piezas de joyería y escultura- a la danza, como protagonista de sus historias creativas. Su firma va plasmada en creaciones en las que la plata, el bronce, alpaca, hierro, mármol negro, verde y de Carrara, ágata…, se han convertido en arte de altos quilates. En las esculturas, reúne el espíritu lírico del clasicismo de la danza y la fuerza telúrica de la orfebrería (donde el fuego y el martillo abren caminos…). Del ballet clásico ha extraído ejemplos para fundir con sus sueños: Giselle puede “danzar” desde su diestra mano con formas elocuentes, y La muerte del cisne desborda el lirismo sobre plata y mármol.
u Carmen/Alonso, desata la interioridad sanguínea de la mujer enamorada; Coppelia es una mágica espiral de giros hacia el infinito bailando al ritmo intenso de su creatividad, mientras que Don Quijote y Kitri recrean el espíritu del amor con un corazón de metal para dos… Su imaginación no tiene límites. Experimenta con las formas más atrevidas y juega con el arte y las sustancias más diversas. Y sus joyas se inspiran de ballets donde Alicia dejó huellas indelebles. Reflejos del Lago, El amor de Dido, Taglioni in memoriam, Recuerdos de Cascanueces, y otros títulos nombran conjuntos de aretes, anillos, colgantes, pulseras, broches… donde la fantasía tutea a la realidad..
Pero no solo la danza ha raptado su talento para crear. El artista, estudió la joyería de manera autodidacta, ingresó a la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (ACAA) y, poco a poco su talento nato se moldeó en la orfebrería de la cual ya no puede desprenderse. Un amor a primera vista que le ha hecho alcanzar no pocos sueños… Hoy, con una ya larga experiencia en esta labor, toca disímiles temas que se posan en sus obras: la flora, el paisaje, la arquitectura colonial, elementos de la ciudad…, todo sirve para crear sobre los metales. Como la serie por el aniversario 500 de La Habana, que en el año 2019 creó con símbolos de la hermosa Villa de San Cristóbal de La Habana, y que reposan en las vitrinas de su estudio-taller-joyería Praga, situado en pleno Boulevard de La Habana (San Rafael número 215 esquina Águila, Centro Habana). Su obra respira con una mezcla de ayer/hoy, pasado y presente como un bloque monolítico. Huellas imperecederas que renacen en la plata y muchos otros metales donde se refleja la ciudad en el tiempo, cual espejo que acerca la realidad otra, arte mediante…
El rescata desde su imaginación, como joyas salidas de un baúl sumergido en los mares en un antiguo velero, nuevas piezas que llevan grabados los 5 siglos que convoca la ciudad, gestos impresos en formas y tonalidades de joyas/objetos donde deambulan fantasmas, recuerdos, sueños, que en sus manos se transforman en una suerte de historias “esculpidas” en plata, y toman cuerpo en una dimensión artística. Fragmentos de la ciudad de las columnas, reminiscencias de mamparas, medios puntos, vitrales, máscaras y muchas otras aristas de la época colonial escapadas de la arquitectura, el paisaje, la danza, la cotidianeidad, la historia, el arte, en todas sus dimensiones, respiran ahora en sus labores de orfebrería cubana, para vestir los gustos de mujeres y hombres del siglo XXI habanero. Ellas hablan también de la luz del Caribe que las acoge. Son piezas únicas en plata y otros metales que revelan un estilo propio de la orfebrería cubana que fusiona las tendencias tradicionales y más contemporáneas para atrapar todas las miradas…