La historia de Napoleón Bonaparte y la del ejército francés se confunden en una sola. Seguir el rastro del apogeo de su vida, es verlo dirigiendo las campañas militares, y asistir al nacimiento del Gran Ejército. Este creció desmesuradamente: en Austerlitz, Napoleón contaba con 72 mil combatientes, en Wagram reunió 180 mil. En 1808, el total de los efectivos de los ejércitos de Napoleón en Alemania, en España e Italia era de más de 520 mil soldados, lo que unido a los elementos de los depósitos, y de las plazas elevó a 700 mil los hombres movilizados…
Para aquellos que quieran estudiar la etapa napoleónica, las armas resultan de suma importancia. La colección de equipos militares del Museo Napoleónico de La Habana resulta una de las más completas y ricas de la importante institución por su diversidad de piezas y la historia que reflejan.
A miles de kilómetros de distancia del Viejo Continente, este museo, sito en la calle San Miguel y Ronda, a un costado de la Universidad, se especializa en arte imperio, y es considerado como uno de las cinco más importantes del mundo. Está ubicado en una construcción de la década de los años 20 del siglo XX, cuyo estilo arquitectónico imita un palacio renacentista florentino del Siglo XVI. Fue bautizado por su dueño, Orestes Ferrara, acaudalado político ítalo/cubano como Dolce Dimora.
Inaugurado el primero de diciembre de 1961, el Museo atesora 7 400 piezas, entre pinturas, muebles, trajes, grabados, objetos históricos, valiosos libros, armamento y equipo militar, perteneciente a Napoleón Bonaparte o relacionado con su época/contexto histórico. Entre los períodos del Imperio Napoleónico abarcados por los objetos personales se cuentan reinado de los Borbones, la Revolución Francesa, el ascenso de Bonaparte al poder, el Consulado y el Imperio, el momento de las principales batallas, el regreso de la isla de Elba y la batalla de Waterloo.
En el Museo Napoleónico, las galerías ocupan las cuatro plantas del edificio, y sus fondos provienen, principalmente, de la colección del hacendado cubano Julio Lobo Olavarría, a la que se suman obras donadas, compradas por la institución y recuperadas por el Estado. Hay diferentes salas donde se muestra la importante colección. Entre ellas, la sala de Armas exhibe parte del pequeño “arsenal” que posee el centro. Allí el visitante puede llevarse una idea de la cronología de la época napoleónica y de la estrategia armamentista de esta etapa. En el Museo no sólo se muestran armas pertenecientes al ejército francés, sino también de otros territorios que invadieron. Por ejemplo, resultan de gran interés las vitrinas dedicadas a la campaña de Rusia (1812), donde se muestran diferentes objetos personales, trajes y armas. Entre las piezas de gran valor exhibidas se cuentan un óleo de Edouard Detaille, Bonaparte en Egipto. Reposan, además en la colección, una variada nuestra de fusiles, pistolas de sistemas de chispas, sables, espadas así como los cañones de 70 kilogramos del Primer y Segundo Imperios, utilizados en las escuelas de artillería, que hablan del auge/poderío del ejército napoleónico.
La amplia colección suma obras de alto valor como Napoleón prepara la ceremonia de su coronación (Jean Vivert), Napoleón frente a los campos de Boulogne (Jean Baptiste Regnault), el retrato a Napoleón en la Isla de Elba, que fuera encargado al pintor Robert Lefevre por la condesa María Walewska, a quien llamaban la “esposa” polaca de Napoleón; Versalles, de Françoise Flameng, entre otros. De los muebles hay muchos ejemplos de piezas construidas por los mejores ebanistas, y orfebres de la época, entre los que pueden nombrar Claude Odiot -uno de los predilectos de la emperatriz Josefina-, Pierre Philippe Thomire, entre otros muchos. En otros espacios de la hermosa construcción de estilo Renacimiento se muestran grabados/objetos del Siglo XVIII de personajes e instantes de la Revolución Burguesa de Francia. Un tesoro de la Historia/Cultura francesas en el corazón de La Habana…