Omara, la que no necesita más apellidos y epítetos, tiene un lugar en el firmamento de la música cubana, es una inmensa cantante de son y boleros. No por azar fue bautizada como La diva del Buena Vista Social Club o La novia del Feeling… Todo ello muy a pesar de la intérprete que es muy sencilla, y no le gustan las sobredimensiones de su persona, aunque sea así y no de otra forma. Porque a decir verdad, Omara Portuondo es inmensa. Cuando interpreta cualquier canción, uno siente como si la escuchara por primera vez, porque su técnica, talento y su creatividad es tal, que hace maravillas, le da tonos inalcanzables por otros, como si atravesara “veredas” inauditas, diferentes caminos para traérnosla nueva.
La artista (La Habana, 29 de octubre de 1930) celebró el pasado año su aniversario 90. Un instante oportuno para hacer un alto en la cima y mirar el camino recorrido para tutear las memorias…
Después de dos años en diferentes instituciones y agrupaciones, 1947 marca el inicio de una larga carrera cuando entra a formar parte del grupo Loquibambia Swing, que integraban el pianista Frank Emilio y el guitarrista/cantante/compositor José Antonio Méndez, entre otros creadores. Allí se movía el jazz, con cantantes como César Portillo de la Luz. Se hacía música con un estilo que tenía influencias del jazz que más tarde se conoció como feeling. Y como refiere Omara en sus diálogos, en su debut en la radio la bautizaron como Omara Brown (por aquello del jazz) y le añadieron “la novia del feeling”…
En el año 1951 pasa a formar parte del cuarteto del pianista/compositor Orlando de la Rosa que integraban: Aurelio Reinoso, Adalberto del Río y Roberto Barceló, y realizan una gira por Estados Unidos que los llevó por Nueva York, Filadelfia, Cincinnati, Nevada, y más tarde por Canadá. De 1952 a 1953 integra la emblemática orquesta femenina Anacaona. Entre 1953 y 1967, Omara Portuondo deja sus huellas, como miembro-fundadora de un cuarteto vocal, que fue escuela: Las D’Aida, con Aida Diestro como directora, e integrado por Elena Burke, Moraima Secada, Omara y Haydée Portuondo (su hermana). Realizaron numerosas giras por América con innovadores arreglos vocales de Aida, y pudieron compartir la escena con nombres tan estelares como los de Pedro Vargas, Edith Piaf, Bola de Nieves, Rita Montaner, Benny Moré, y acompañaron a Nat King Cole cuando se presentó en el cabaret Tropicana…
Omara Portuondo comenzó a ver su nombre en solitario con el álbum Magia negra, en 1959. En esa placa hay música cubana y jazz. Aunque después continuó con Las D’Aida hasta 1967, año en que comenzó a dedicarse finalmente a su carrera como solista, actuando en Cuba y en algunos Festivales por el mundo. En el Festival Orfeo de Oro (Bulgaria) obtiene el primer premio por la mejor interpretación, participa en el Festival de Cannes (Francia), Lira de Oro (Bratislava, Checoslovaquia), Dresden (Alemania)…
En nuestra Isla, su nombre está presente en los más importantes encuentros de la canción. Hasta que en el año 1996 se une al proyecto Buena Vista Social Club. Así Omara Portuondo regresa a los circuitos internacionales, y realiza muchas grabaciones con importantes discográficas cubanas y de otros países como España, Inglaterra. Época importante en que su nombre sigue batiendo records en las carteleras, hasta que en el año 2009 alcanza el Premio Grammy Latino por el mejor Álbum Tropical Contemporáneo, de la mano del disco Gracias, donde se incluye música tradicional, boleros, jazz…, todo ese compendio que ha sido parte de su vida. Es, no hay dudas, una de las grandes voces de la música cubana de todos los tiempos quien, en más de 70 años de vida profesional, ha sido ovacionada en el Carnegie Hall de Nueva York, el Olimpia de París, la Filarmónica de Munich, el Festival de Jazz de Japón, el Zócalo de Ciudad de México…, entre otras muchas y renombradas plazas. Por si fuera poco en el año 2019 fue distinguida con la Orden la Orden del Sol Naciente, Rayos de Oro con Roseta, máximo galardón que otorga el gobierno de Japón. En el año 2020 es una de las grandes personalidades a las que se dedica el Día de la Cultura Cubana.